viernes, 5 de julio de 2013

A más formación, ¿más empleo?

Justo hace una semana escribí una entrada que arrancaba con el  siguiente titular: “Los recién titulados que ni estudian ni trabajan suben un 69% en tres años”. Es curioso, porque hace pocos días he vuelto a leer un amplio artículo dedicado a toda esa juventud hiperformada de países como España, Grecia y Portugal, que no encuentran futuro laboral en sus respectivos países. El artículo nos cuenta el día a día de estos chavales: cómo algunos todavía  viven  con sus padres y siguen formándose eternamente; cómo otros, a pesar de haber terminado los estudios y tener cierta edad, siguen compartiendo piso como en su época de estudiantes; etc. Un retrato demoledor que muestra un talento desaprovechado que, en estos tiempos más que nunca, no nos podemos permitir infrautilizar.

Ya no es sólo es que no encuentren trabajo, sino que terminen trabajando en algo para lo que no tenían ni siquiera que haber estudiado. Empleo precario para gente hipercualificada.
No hay trabajo para casi nadie, pero que la gente que tiene doctorados, másteres, controla idiomas y demás formación que se pueda pedir, esté desempleada merece, por lo menos, un grito al cielo.  Muchos incluso son investigadores de alto nivel en aquello que tanto se habla, que es la innovación. Si queremos innovar, hay que contar con personal especializado; innovar no es sólo cuestión de redes sociales: son la medicina, la biología, la ingeniería, etc. También hay que reivindicar las ciencias sociales y las humanidades, sobre todo en un mundo tan cambiante y tan necesitado de interpretaciones y de análisis. Innovar también es una actitud, estoy de acuerdo, pero hace falta apostar por el talento.

Desde muchos sectores se establece que hay que formarse en aquello en lo que hay trabajo, que aunque tengas tres carreras, si éstas no son demandas por el mercado, no sirven de nada. Otros establecen que es la especialización la que debe abrirte puertas; una cosa es la licenciatura y otra distinta es que te especialices en algo con salida. Y en tercer lugar, está la cuestión de que por mucho que estudies, lo mejor que puedes hacer es irte de España. Así de claro.

Este martes tuvimos una videocharla  sobre nuevas profesiones en la era de Internet.  Estuvimos comentando no sólo las nuevas profesiones que están surgiendo, sino las posibilidades que te ofrece la  tecnología  para especializarte, a muy bajo coste, en aquellos sectores que están tirando algo -muy levemente, es cierto-  del carro de la creación de empleo. Si veis, por ejemplo, el informe de Infojobs  sobre profesiones que más se demandan, podéis ver que para la gran mayoría hace falta falta mucha formación. 


La conclusión general sería, a mi entender, que para encontrar empleo hace falta formación, pero que no toda formación sirve para que te den un puesto de trabajo. Es triste, porque todo el mundo debería poder trabajar, pero estamos viendo cómo el mercado laboral va reduciendo constantemente el número de oportunidades para los que estamos en él.

4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con tu reflexión, que estés bien formado no implica trabajo, pero si no lo estás lo tienes verdaderamente difícil.

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  2. Gracias por el comentario. Claro, lo difícil de la situación es que estar formado no te asegura nada, pero carecer de formación te lo pone mucho más complicado. Un saludo.

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  3. Algo que esta infravalorado es la capacidad innata de cada persona, resultado de una educación que trata de meter en el mismo saco muchos valores, y uniformar el carácter.

    De nada sirve un politólogo, sin su capacidad creativa, o su capacidad comunicadora, o su potencial como líder.... ;)

    Un saludo.
    JOSÉ

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  4. Gracias por el comentario, José. Es cierto, las habilidades sociales son cada vez más importantes,de hecho se demandan cada vez más incluso por encima de la formación académica. Es algo a tener en cuenta.

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