miércoles, 18 de diciembre de 2013

Motivación y cooperación: una reflexión personal



Hoy he preparado una entrada un poco más personal de la cuenta, espero que me disculpéis. No sé si encuadrarla en el mundo del coaching, la motivación o la psicología. 
 
Qué difícil es motivarse cuando el desempleo tiene las cifras que tiene y la movilidad social en España está crónicamenteestancada en índices mínimos.  ¿Qué queda entonces además de la indignación?

Construir una carrera profesional en un ambiente tan competitivo, en el que el trabajo es un bien escaso, genera estrés y desasosiego. Cuando terminas de formarte en algo, rápidamente te has quedado obsoleto; cuando accedes a un empleo, rápidamente se termina; y así, entras en un círculo del que es difícil salir en estos tiempos. Junto a la formación incesante a la que nos vemos avocados, los sueldos bajan o te ves obligado a desplazarte a otro país en búsqueda de nuevas oportunidades, lo que no significa que las vayas a encontrar.
Qué difícil es motivarse cuando la pobreza aumenta en España, y estás todo el día trabajando o buscando trabajo y el rendimiento y el esfuerzo, como en el caso de Sísifo, se convierten en una roca que cuando parece que llega a la cima, de golpe vuelva a rodar hacia abajo y te obliga a empujar de nuevo. 

Llevo varios años dedicado frenéticamente al estudio de la realidad social y económica y, con los datos en la mano, soy un pesimista crónico. Sin embargo, y gracias en gran parte a este ciberuniverso, veo que hay gente que se mueve y que hace cosas interesantes. Es en esta gran cooperación voluntaria, en compartir contenidos, en la motivación constante, donde uno encuentra cierto sosiego y esperanza para seguir trabajando duro y más duro, aunque a veces las fuerzas flaqueen. Es la cooperación entre todos la única vía que considero indispensable tener en cuenta para buscar y encontrar oportunidades laborales, al igual que es la única vía que encuentro para salir del agujero económico en el que estamos. En estas fechas navideñas, os dejo una serie de observaciones personales. No son consejos, simplemente un análisis:


  • Siempre es bueno fortalecer tus redes sociales, no sólo a través de Internet. No lo veas como Networking, es necesario humanamente, y yo con el tiempo lo veo cada vez más importante. Ponte en contacto con gente que tenga tus mismas motivaciones, crea proyectos colectivos. Emprender no sólo es montar empresas, es fundamentalmente iniciar proyectos con un objetivo. Y sobre todo, cumple las reglas del juego: nadie te obliga a dar tu palabra; si la das, la cumples.

  • No hay que estar todo el día amargado, pero tampoco podemos creernos que estamos en el mundo de la piruleta y la fantasía. Hay que ser ecuánime; la motivación y la autoayuda están bien, pero no podemos perder la perspectiva social de las cosas. Ser crítico no está en contradicción con estar animado, alegre y querer seguir caminando.

  • En mis muchas lecturas adolescentes, que  todavía me siguen gustando a pesar de los años, recuerdo largas tardes veraniegas en las que leía libros en plan New Age, como los de Carlos Castaneda. Separando el grano de la paja, siempre recordaré algo que Don Juan, ese chamán que supuestamente enseñaba el camino del conocimiento a un antropólogo inocente llegado de California, le dijo al joven. Cito de memoria: “Antes de elegir un camino, asegúrate de que éste tiene corazón”. Qué romántico, ¿no? Pero qué haríamos sin la pasión, sin la energía por lograr metas, sin esa voluntad enérgica que nos lleva de un sitio a otro.

Por último, siempre he huido de las soluciones fáciles, simples y absolutas ante todos los males. Me da igual que se planteen como salidas individuales o colectivas.  Si alguien te dice que va arreglar tus problemas, pregunta ¿a cambio de qué? Si alguien te dice que sus consejos son útiles,  pregunta ¿a cuánta gente le han servido?



2 comentarios:

  1. Hace poco leí unas palabras con las que un profesor intentaba buscar la motivación personal y la orientación laboral futura de sus alumnos: "Si no necesitáseis el dinero, ¿a qué dedicaríais vuestra vida?". Quitando el dinero de la ecuación, sólo queda el interés personal y el enriquecimiento emocional de la persona. Creo con toda convicción que si una persona se dedica con entusiasmo a lo que le gusta, terminará por labrarse un futuro y el dinero llegará por sí solo. Si buscas, por el contrario, el enriquecimiento monetario, lo único que conseguirás es ser un amargado y sentir que has desperdiciado tu vida haciendo cosas que no te gustan, para conseguir dinero y comprar cosas que no necesitas. El círculo de la amargura.
    Un saludo, y gracias por tan buen blog. Me encanta!!

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  2. Gracias por tus palabras, Pepe. Estoy de acuerdo contigo, hay que hacer lo que a uno le apasione. esa energía nos llevará a algún sitio, y esperemos que nos de por lo menos de comer, jeje. Un saludo!!

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