viernes, 27 de marzo de 2015

Hablando de pluriempleados y parados en @eProform


 Os dejo mi nuevo artículo en eProform
Hoy me gustaría plantearos un debate. Pero antes introduzco unos datos y reflexiones propias.
Se ha publicado recientemente que el número de demandantes de empleo ocupados se ha incrementado por primera vez en los últimos seis años. Según podemos leer en la nota de prensa publicada por Randstad, elaboradora del estudio, 843.000 demandantes de empleo se encuentran trabajando. “Este dato representa al 14,3% del total de demandantes de empleo registrados. El año pasado el ratio era menor, del 13,9%, y había sufrido una caída prolongada desde 2010, cuando superaba el 17%.”
¿Qué mueve a toda esta gente a buscar otro empleo? Pues, desde mi punto de vista, podríamos encontrar varios alicientes:

  • Que su trabajo sea tremendamente temporal y empiecen a buscar antes de que se les termine el contrato.
  • Que no ganen lo suficiente y quieran buscar otro empleo para compaginarlo con el que tienen.
  • Que estén hartos de lo que hacen y deseen con ansia cambiar de empleo.
A este dato se le suma otro, y es el de que, en España, más de la mitad de los menores de 25 años está en paro. Todo indica que el mercado laboral, según los datos y tendencias, está cada vez más conformado por personas desempleadas, precarios o pluriempleados.
Parece que el empleo es un bien escaso o, por lo menos, el de calidad. El ajuste de las sociedades tecnológicamente avanzadas a las constantes crisis y las veleidades de una economía de mercado dinámica está pasando, como se ve, por una reducción constante del número de horas de trabajo necesarias para producir. Hace falta menos gente y menos jornada para que el sistema se mantenga, y eso deja en la exclusión a un número significativo de personas.

¿Seguirá sí esta tendencia? Pues es probable si no se cambian las cosas. El economista Niño Becerra ya ha alertado en innumerables ocasiones del grado creciente de exclusión social que conlleva este modelo económico. La cuestión, como siempre, es saber cómo tienen que actuar los poderes públicos y las empresas para que tan agoreros postulados no se terminen por consolidar.
Desde conceptos cercanos a la renta básica, ayudas para garantizar el empleo y los ingresos mínimos o, simplemente, liberalizar el mercado todo lo que se pueda, el debate ideológico está encima de la mesa desde hace tiempo. Sin embargo, parece que las vendas sectarias de muchos -o sus propios intereses particulares- no nos permiten buscar soluciones a los problemas lo antes posible, y todo indica que nos dirigimos a un precipicio sólo porque unas élites no terminan de ver la realidad como es: es imposible articular sociedades democráticas y pacíficas con bolsas de pobreza, desempleo y exclusión enormes. Una vez más, en el equilibrio está la virtud.
Ahora llega el debate. ¿Cómo podemos crear empleo?, ¿luchar contra la precariedad?, ¿mejorar la competitividad de las empresas sin que tengan que bajar sueldos hasta niveles de supervivencia? Espero vuestras respuestas.

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