domingo, 7 de mayo de 2017

Más de la mitad de las empresas buscan información de sus candidatos en Google


Si todos utilizado Google para poner nuestros nombres y ver qué nos devuelve como resultado, esto también lo hacen las empresas. Es de lógica, aunque a veces parece que no nos queremos dar por aludidos. En la prensa podemos leer lo siguiente:

“Como consecuencia de estas búsquedas, o más bien, por los resultados que arrojan, en el 11,7% de los casos se descarta a un candidato en un proceso de selección para un nuevo empleo por la información que se encuentra en Internet sobre él.”
Controlar nuestra marca personal y nuestra identidad digital en la red es importantísimo. O lo haces tú o dejas que lo haga la red por sí misma y esto, en ocasiones, no tiene por qué arrojar buenos resultados.

Es posible que confundamos privacidad con desaparecer. No, privacidad es controlar lo que tú quieres que se vea y lo que no, gestionar la información que ofreces y estar muy atento a lo que se dice de ti.

Por otro lado, insisto mucho en pensar como profesionales que utilizan las redes, desterrando -de una vez por todas- la idea de que lo que se dice en Internet no trasciende más allá de mis círculos cercanos. Antes de emitir un tweet tengo que preguntarme: ¿puede perjudicarme profesionalmente?  Quizás digo una burrada y me da exactamente igual, pero he de responsabilizarme de mis actos y ser consciente de lo que hago y de sus consecuencias.

Al igual que en la película Dogville, Internet no tiene muros y si no levantamos un panel de privacidad, estamos desnudos frente al mundo, con todas nuestras virtudes y miserias. La formación es importante, pero sobre todo el sentido común. Eso sí,  no debemos caer en la paranoia de decir cosas sin sentido y políticamente correctas en exceso, repitiendo como locos lo que dicen otros llegando a frases sin ningún contenido crítico.

En este mundo excesivamente cortoplacista, la inmediatez se está cargando todo pensamiento mínimamente templado y analítico. Seguramente, si estableciéramos una planificación de lo que vamos a colgar en la red, pensáramos en nuestra imagen y quisiéramos servirnos de las redes para compartir contenido de calidad y construir una buena reputación profesional, no pasarían ni la mitad de las cosas que pasan.
Las redes sociales, en particular, e Internet, en general, suponen un espacio lleno de oportunidades para quién lo sepa aprovechar. No dejemos pasar el tren.



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